Eres lengua. Húmedo, caliente y sabes arrastrar poros.
Me mareas y me enciendes, como se enciende una vela y como vela que soy me goteo y lleno todo de agua.
Y los dos chorreamos, entre tu saliva y mi sudor.
Nos escocemos, nos hundimos, nos sacamos los ojos, nos mordemos, nos curamos, nos desvestimos y nos intercambiamos los órganos.
Y es tu voz una deshonra y un martirio
Un caramelo sin papel, listo para tragar
Y sin avisar me entras, saltándote la cola, embistiendo
Mientras me diluyo como una mujer efervescente
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