Aunque tú me has echado en el abandono
yo me he salido, enganchándome con los deditos al borde.
Y aquí estoy, de pie, más chula que Pocahontas.
Aunque tú has muerto mis ilusiones
no me desilusiono, porque son renovables
como la energía eólica o la saliva.
En vez de maldecirte con justo encono,
(que es lo que debería hacer, si tuviera media dignidad
o una dignidad entera)
en mis sueños te colmo de bendiciones,
porque el rencor está feo y total
para lo que vales...
Lágrimas negras no, gracias. Yo me lavo la cara antes de llorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario