En un recoveco enorme me recreo
 y dejo que se me pongan los pelos de punta
y hagan coreografías.
Mi aliento se hace fucsia y me mareo
mientras tú avanzas pisando ortigas absurdas
y calles melancolías
Me crecen plumas blancas y aleteo
y emigro muerta de risa tonta hacia la espuma
de esas tus playas mías
En un recoveco lleno tarareo
y chillo y aullo como una loba a la luna
y ya nunca es mediodía

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