Cada vez que me miras raro se cae un edificio y sólo tengo ganas de volverme avestruz y tragar tierra.
Sigo volando, pero como una avispa, hiriente y amarilla.
Cada vez que me miras raro mis flores se vuelven cactus y me pinchan en los brazos cuando intento abrazarlas.
Sigo nadando, pero me trago el agua y vomito fideos y contrapuntos.

No hay comentarios: