Exiliado de mí, me exilias.
Me exilias de ti, me exilias de mí y lo veo todo desde fuera de mi cuerpo, ajena, como la proyección de una película mala.
Floto en el aire, tiritando de frío, desnuda de mi cuerpo y convertida en gas. Sin sangre, sin huesos, aérea y abstracta.
Y el verbo apetecer se diluye y me quedo mirando, mirando, mirando, hasta que me escuecen los ojos.
Mirando, mirando, mirando...
No hay comentarios:
Publicar un comentario