Absorverte con un abrazo la tristeza y que se metiera en mí y te dejara libre. Porque puedo batallar con los dolores si los toco, si son míos, pero para los tuyos no me llegan las manos.
Soy la herida y el torniquete, temporal, hasta que llegue el médico, pero es tu sangre la que gotea.
Y en un amasijo de tus y yos, sin ser mío, ni seas tuyo, ni yo tenga identidad ni mecanismos, me siento simulacro, tropezándome en el proceso, odiándome, o sin quererme, por no saber quererte.

2 comentarios:

Jose Abellán dijo...

Pues, toda tuya, che.

Jose Abellán dijo...

Gracias, bonita, por compartir estas cosas.