Martes 24 13.15
Bajando la cuesta de Cigarreras para tomar algo en la plaza.
Voy pensando cosas divertidas y llego a la conclusión de que si me resbalo y ruedo por la cuesta y me abro la cabeza, no me dará tiempo a escribirlas y morirán conmigo. Y pienso en cuántas veces eso mismo le habrá pasado a otras personas por no tener boli, porque aún no se había inventado el teclado o por pensar que no eran dignas de conservar.
Literatura oral, de ahora, que no ahorra, no guarda para mañana, no conserva las palabras enlatadas, al vacío, esperando un apocalipsis o que se desborde un río. Porque las palabras se mueren de frío si están en conserva, si están en reserva, si nadie las lee, las canta o se enerva, con ellas, si no dejan huella, de tinta en un libro o de post it en casa , bajito al oído o gritando en la plaza. Usad las palabras, escritas o en voz porque si no se gastan, se malgastan.
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