Sal de casa, pruébate un sujetador, vístete de verde o de flores. Hazte dos coletas, invéntate un cuento, desmembra un cojín. Cómete un saltamontes, dale un pellizco a una monja, sáltate una cola. Cáete de culo, quema algo de plástico, adopta a un escarabajo. Mea entre dos coches, riéte de nada, deja que un coche te salpique con un charco. Arráncate una camisa, huele un chicle de clorofila, ponte una película vieja de vampiros. Cómprate un cd de Marisol, ponte sombrero y sueña lo que quieras, pero algo.

Pero no te pongas mandil, no hagas forma en el sofá, no dejes de peinarte, no comas sanjacobos. No limpies los azulejos del baño, no hagas punto de cruz, ni lleves los niños a judo. No planches calzoncillos, ni riegues las plantas todos los días, no lleves bragas de color carne. No pidas cuarto y mitad, no lleves sombrilla a la playa, no digas que no entiendes de ordenadores.

Porque no hay nada más triste que ver el mundo a través de un tendedero.

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