Antes de nacer, yo ya pensaba, (porque era muy resabida ya desde el principio) y pensaba que qué bien se estaba en el útero y que de allí no me movía ni dios.
Supongo que algo tendrá que ver, que cuando a mi madre le empezaron las contracciones estaba viendo el un, dos, tres y yo, acostumbrada a no elegir (porque me lo daban todo hecho), me imaginé un mundo donde todo sería cuestión de tomar decisiones "¿el sobre verde o la caja con lazo?". Así que me hice la dura, estiré los brazos y las piernas para hacer tope y levanté la cabeza y grité bien alto ¡¡NO NOS MOVERÁN!!
Mi madre se puso tensa entonces y pensó en darme un cachete para hacerme entrar en razón, pero pegar a un hija nonata está feo, y se contuvo.
Así fue como después de 18 horas de parto y viendo que yo seguía en mis trece, el médico decidió entrar a por mí. Se puso un casco con luz (como los de los mineros) y metió la cabeza y un brazo dentro de mi madre.
Al principio intentó tocar mi lado sensible. Me explicó que mi madre estaba pasándolo muy mal y que si yo no salía ella tendría muchos problemas de espalda en el futuro. No funcionó.
Después recurrió a la negociación "si sales te doy esta piruleta" o " tu madre ha dejado de proveerte avituallamiento, antes o después te tendrás que rendir". Tampoco funcionó.
Finalmente la fuerza se impuso sobre la maña y me agarró de una oreja y tiró hacia fuera con todas sus fuerzas ( y las de dos enfermeras que le ayudaban desde fuera). Mi madre también empujaba, a la vez que me ponía un montón de nombres, que me hacían justicia, pero que no me gustaban nada "sal ya, hijaputa" "te voy a matar, pedazo de bebé sadico". Y al final salí.
Pero salí porque quise, porque ya me había entrado hambre.
Con la rotura de la placenta me caí al suelo y me resbalé. Pero me levanté, con la cabeza alta y los ojos entornados, me sacudí la sangre con el revés de las manos y me fui andando hacia la cafetería, con un pie delante del otro y moviendo el culo. Pa chula yo.
3 comentarios:
En la cafetería estuviste esperándome 6 meses. No suelo ser impuntual, pero es que para llegar a la hora tendría que haber sido muy prematura. Nos tomamos unas cañas, con sus correspondientes pitillos, y compramos por internet unos billetes al oeste, pa' matar tíos...
Isamía!!!!Sigue, sigue, que lo estabas contando muy bien. Coñe, me dan ganas de hacer una película y todo...
Ya seguiremos en privado la historia, no vaya a ser que la lea Almodóvar y nos plagie o algo...
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