Resoplo y resoplo, hasta que te caes, porque no eres de ladrillos, eres de fanta de naranja.
Y de tanto resoplar me quedo sin aire y me reconcentro, como un bote pequeñito de suavizante.
Y de tanto resoplarte te llenas de burbujas y te haces malo para la salud.
Resoplo y resoplo hasta que nos matamos y no servimos ni para las estanterías de las ofertas.

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